Sunday, February 20, 2011

El agua

Vamos a dedicarle un tiempo a este elemento, al que deberíamos darle la debida importancia. El agua es vital en los organismos vivos. No podemos vivir en ella, pero tampoco lejos de ella. Sin embargo, vino de muy lejos: vino de las estrellas.
Desde el principio de los tiempos, las aguas nos infunden terror y veneración al mismo tiempo. Quién no ha sentido un estremecimiento al observar el abismo del fondo marino, los mares oscuros, las aguas verdosas de un lago, o el rumor de la corriente de un río, el rocío y la niebla.

El agua es muerte, pero también resurrección y fertilidad. Todo es agua. Y nosotros también, aunque seamos mamíferos y nos movamos por la tierra. Nacemos en una bolsa de agua creada en el interior del vientre de nuestras madres. El agua es nuestro origen, el lugar del que salimos. Evolucionamos como especie desde el agua. El agua tiene energía (pensemos en las presas). Nutre, limpia, regenera y vivifica. Sentimos que el agua es necesaria de forma instintiva.

El agua fue vista como un símbolo de la creación, y así se refleja en las religiones. El comienzo del mundo fue en el agua, y de ello dieron cuenta las culturas de la Tierra. Siempre hay agua cerca de los lugares especiales que el ser humano elige para realizar meditaciones, rezar, realizar cultos y relacionarse con los seres espirituales que siente en su interior. Hay dos tipos de veneraciones del agua:

1.- Por un lado, tenemos las culturas donde el agua abundaba (generalmente en el hemisferio norte). Veneraban las fuerzas que ejerce el agua en sus paisajes.

2.- Por el otro, las culturas donde el agua escaseaba. Veneraban al agua como un bien escaso, símbolo de renovación y pureza. Los dioses vienen de la lluvia esperada o de los pozos de los que dependen.

Los primeros mitos que infundieron temor a los humanos hacen referencia al mar y los océanos. Poseidón, Dagón, Océano... dioses caprichosos de los que dependía el destino de los viajeros.  Otras culturas vieron en los ríos serpientes gigantes dadoras de vida a su alrededor y con derecho a quitarla. Morada de criaturas anfibias. Las fuentes, los pozos y los manantiales también están llenos de criaturas sobrenaturales, capaces de influir en nuestro destino, que hemos llamado de diferentes formas: ondinas, dones d'aigua en Viladrau (Catalunya), etc

En cualquier lugar del mundo donde los seres se hayan hecho la gran pregunta, se han dado respuestas relacionadas con el agua y con los seres, reales o mitológicos que en ella habitan. Las religiones antiguas y perdidas dieron cuenta del agua.

El lago Titicaca, en Perú, a 3800 metros sobre el nivel del mar, fue sagrado para los tiahuanaco y más tarde para los incas. Hay un mito antiguo que habla de la formación de la Tierra, cuando los dioses de las montañas, los apus, descubrieron a los hombres tratando de robarles el fuego sagrado. Hicieron que miles de jaguares les devoraran por ello. Indi, el dios Sol, viendo lo que pasaba, se puso a llorar. Sus lágrimas provocaron un diluvio que duró 40 días. Solo se salvó una pareja, flotando sobre troncos. Estaban en un lago, y vieron a los jaguares, que se habían petrificado. Por eso llamaron a ese lugar Titicaca (el lago de los jaguares de piedra)

Los credos monoteístas también tienen al agua como protagonista de su culto. El baño ritual o Mikve permite restarurar un estado de pureza en ocasiones importantes de encuentros con Dios, como los viernes o las grandes fiestas y las bodas. La novia se sumerge en agua, purificándose con su madre, como símbolo de fidelidad y entrega al que va a ser su marido.

El Judaísmo recoge los rituales de purificación a través del agua en la Biblia.

Así el cristianismo le da al agua un papel fundamental en el rito fundamental de purificación y renacimiento: el sacramento del bautismo, que abre las puertas de los cristianos al reino de Dios.

San Juan Bautista utilizó el agua del río Jordán para bautizar a Jesús. Jesús eligió a sus discípulos entre pescadores, y caminó entre las aguas. Conviritó el agua en vino en las bodas de Canaán. Cuando le clavaron la lanza en la cruz, brotó agua y sangre.

El término "agua" aparece 582 veces en el antiguo testamento y 80 en el nuevo. El término "Mar" 500 veces, y el concepto agua está presente en casi 2.000 versículos de la Biblia. La primera y última página del libro sagrado mencionan al agua. Simboliza la vida concecida por Dios.

Abriré sobre los calveros arroyos, y en medio de las barrancas manantiales. Convertiré el desierto en lagunas, y la tierra árida en hondanar de aguas.


El Islam, surgido en la península arábiga, una zona muy seca, tiene mucho respeto al agua. Esa valoración del agua como un tesoro queda plasmada en el Corán.

Los musulmanes deben lavarse (abluciones) antes de realizar las cinco plegarias diarias. Así, se presentan purificados antes de Dios. También, antes de tocar el agua, deben decir: En el nombre de Allah, el compasivo, el misericordioso.

Muestra de esa devoción al agua está en que recomiendan no derrocharla y no privar a nadie del acceso a ella. Más ejemplos se pueden encontrar en estas suras o versículos del Qran.

¿Ignoran acaso los no creyentes que el cielo y la tierra eran una sola masa que disgregamos, y creamos a todo ser vivo del agua?


¿No veis el agua que Allah ha hecho descender del cielo? ¿Y por medio de ella todo verdea sobre la Tierra?

Si desapareciera vuestra agua, ¿quién vendría con más?

Por el cielo, que tiene la capacidad de retornar, y por la tierra, que se agrieta.

Cuando los conquistadores españoles llegaron a Méjico, vieron que los pueblos de la zona adoraban un objeto que les había dejado un hombre muy blanco y hermoso, para que no le olvidaran. Se trababa de una cruz. Para ellos, representaba al dios del agua y de la lluvia.
El Budismo, religión oriental sobre las enseñanzas de Buda, "el que ha despertado", no tiene muchos ritos, ya que sus adeptos buscan el despertar espiritual mediante la meditación. Para los budistas es importante la energía positiva del agua, que está en constante movimiento pero que no puede fluir hacia arriba en estado líquido. 

Cuando Buda se iluminó dijo lo siguiente (4 nobles verdades): El Samsara y el Nirvana están indiferenciados, tanto como el agua y las olas . El buda y los seres, están idiferenciados, tanto como un pez impactado por un mantra.

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