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HÉRCULES
Se trata del mayor héroe de acción de la mitología. El hombre más fuerte que jamás ha existido. El héroe más popular de la historia. Mitad dios, mitad mortal. Destinado a librar al mundo griego del mal, sufriendo más que nadie. Hércules fue un hombre atormentado por un pecado horroso, que fue obligado ha acometer 12 pruebas imposibles, soportando grandes sufrimientos en busca de su redención, repletas de códigos ocultos.
Hércules (Heracles) era un atleta extraordinario, casi como un dios, pero con debilidades humanas (le gustaba la juerga, las mujeres...). Al ser un semidios, tenía rasgos o poderes divinos, pero era mortal, y podía morir.
Era hijo de Zeus, que tuvo una aventura ilícita con una mujer mortal llamada Alcmena. Por eso la esposa de Zeus, la diosa inmortal Hera, se convirtió en una poderosa enemiga de Hércules, que no era el único hijo de Zeus con mujeres mortales. Hera era muy hermosa, inteligente, poderosa pero tremendamente celosa. Decidió cargar en Hércules toda su ira irracional por las infidelidades de Zeus.
Cuando Hércules todavía era un bebé, Hera envió dos serpientes venenosas a la cuna de Hércules. El niño cogió una serpiente en cada mano y las asfixió. El destino hacía que ante las trampas de Hera, Hércules sobreviviese. Eso aumentó todavía más el odio de Hera por Hércules. Estaba sólo ante las pruebas de Hera, porque Zeus nunca le defendió.
Una ve Hércules creció, fue temido por su fuerza sobrehumana, y era incapaz de mantener lazos emotivos con nadie. Aún así, se casó con una princesa y tuvo dos hijos. Hera, su némesis, obsesionada en hacerlo infeliz, le vuelve loco por una noche, mientras él duerme. Presa del hechizo de su madrastra, se levanta y los mata, creyéndolos sus enemigos. Cuando despierta, fuera de la locura, no recuerda nada, pero se ve cubierto por la sangre de su familia, y entonces comprende que ha sido él el autor del asesinato. Se siente muy culpable, y quiere redimir este daño.
Siente lo que en la antigüedad se denomina: la culpa de la sangre. La culpa de la sangre era una especie de maldición que persigue a los culpables, y que parte de la persona que ha sido asesinada. Es similar a la penitencia cristiana de hacer buenas acciones para compensar las malas hechas anteriormente. A partir de ahí, Hércules intenta limpiarse de la culpa de la sangre por su acto. Para purificar su alma, y limpiar la mancha de haber matado a su familia, para redimirse, deberá pasar por una serie de 12 pruebas que lo llevarán a viajar incluso más allá del mundo griego.
Hércules se siente perdido y desorientado, así que busca consejo en una de las mayores autoridades religiosas de la época: acude al templo del Oráculo de Delfos, donde la sacerdotisa, en forma de enigmas, le podía dar la respuesta directamente de los dioses. La penitencia se la tiene que imponer su primo, el rival rey Euristeo. Nuevamente Hera utiliza al Oráculo y a Euristeo para acabar con Hércules. Euristeo asigna a Hércules 12 retos, diseñados por Hera: los Trabajos de Hércules. Estos trabajos tienen como objetivo liberar al mundo griego de sus peores males, bestias más salvajes, fuerzas de la naturaleza, tiranos malvados y monstruos, aunque en realidad lo que pretenden es eliminar a Hércules. Ningún hombre podría sobrevivir ni a una de las pruebas, mientras que a Hércules se le imponen 12.
La primera prueba consiste en eliminar al León de Nemea.
La piel del león era impenetrable a las flechas de Hércules, que era muy buen arquero. Así que tuvo que luchar cuerpo a cuerpo con él, usando su fuerza bruta. Cuando lo mató, le arrancó la piel y la usó a partir de entonces como armadura. Por eso muchos lo representan con una piel de léon que le protege de todo mal.
Los trabajos siguientes representan de forma recurrente la lucha del hombre con la naturaleza. La naturaleza tiene una fuerza imparable que puede ser traicionera y matar a las personas, así que hay que dominarla, domarla y controlarla.
El segundo trabajo desafía a Hércules a matar a Hydra, una serpiente con 9 cabezas de dragón que exhala vapores venenosos y devora vivas a sus víctimas de un sólo bocado.
Hércules ataca a la serpiente con su espada. Cada vez que le corta uno de los cuellos a Hydra, le crecen dos más. Esto representa el deseo humano de obtener el placer. Cuanto más nos reprimimos, más crece nuestro deseo. Contra este enemigo, Hércules toma un antorcha, y cada vez que le corta una cabeza a la Hydra, quema el muñón en el corte, para cauterizar el cuello y que no pueda volver a regenerarse. Alegóricamente, nosotros debemos frenar nuestros vicios o pasiones con el fuego de nuestro espíritu, de nuestra mente superior. Finalmente, el hombre triunfa sobre el monstruo. Tras matar a Hydra, Hércules moja sus flechas en su sangre, para hacerlas venenosas.
Nota: la palabra tóxico (venenoso), proviene del griego Toxom, que es un arco con el que se disparan flechas.
Hércules va venciendo al mal en sus trabajos, mediante fuerza física, resistencia mental y un aguante implacable. Valentía, fuerza y vigor.
En sus dos siguientes trabajos, Hércules vence primero a la cierva dorada de Artemisa, un animal tan rápido que podía adelantar a una flecha en vuelo; y segundo, captura vivo a un jabalí devorador de hombres.
Euristeo, el rey títere de Hera, que le impone las pruebas, está realmente sorprendido. Decide cambiar de estrategia: en vez de dominar a la naturaleza, vencer a animales poderosos y temidos, plagas y bestias, y hacer avanzar la civilización, beneficiando a la humanidad, esta vez deberá probar su naturaleza humana. Hércules debe realizar un trabajo servil, doblegándose humildemente, algo a lo no está acostumbrado: limpiar las heces de una cuadra inmensa llena de excrementos, que no se ha limpiado en muchos años. Sólo dispone de un día para hacerlo. Hércules se da cuenta que los establos están entre dos poderosos ríos. Usando su fuerza, desvía los ríos e inunda los establos, arrastrando el agua toda la suciedad.
Hércules en su sexto trabajo se enfrenta a una banda de pájaros devoradores de hombres, que simbolizan los objetivos inalcanzables de la humanidad. Las espanta con sus flechas venenosas.
Hércules está en la mitad de las pruebas que ha de llevar a cabo. Los siguientes tres trabajos lo harán viajar fuera de Grecia, enfrentándolo con poderosos enemigos extranjeros.
En su séptimo trabajo, Hércules viaja hasta la isla de Creta. Ahí debe capturar al toro del rey Minos, símbolo del dominio de Creta sobre la Grecia continental. Creta era en esos momentos la potencia más importante de la época, por encima de Atenas y Esparta, que le pagaban tributo a Creta. Cuando Hércules atrapa al minotauro, lo somete por la fuerza y navega de regreso a Grecia. Así deja de tener que pagar impuestos a Creta.
Hércules nos da un mensaje de perseverancia: siempre hay que seguir, porque al final, por muy difíciles que parezcan las cosas, el éxito es posible.
En la siguiente prueba, Hércules se enfrenta al malvado Niomedes, que había entrenado a sus caballos para que comiesen la carne de sus enemigos. HHércules venció al rey y lo dio a comer a los caballos. Esto también tiene un simbólico significado: Si creamos el mal, a la larga nos destruirá.
En su siguiente trabajo, Hércules roba el cinturón de la líder de las Amazonas, unas mujeres guerreras, llamada Hipólita. Luego las masacra.
Luego debe hacerse con los bueyes de Gerión, el nieto de Medusa, un monstruo cruel, que tenía tres cabezas y tres pares de piernas. Para llegar hasta Gerión Hércules debe ir hasta el Océano Atlántico. Pero en su camino, encuentra una coordillera que une el sur de Europa con el norte de Africa, que separa el Mediterráneo del Atlántico. Hércules no rodea la montaña, sino que la parte en dos con un sólo golpe de su espada. Se trata del mito que explica la unión de los dos mares, y el estrecho de Gibraltar, que para los antiguos griegos eran las columnas de Hércules y que nadie se atrevía a rebasar, porque no sabían qué había más allá. Es el umbral a lo desconocido. Gerión está allí. Le arroja enormes piedras, mientras que Hércules le dispara con las flechas envenenadas con la sangre de Hydra y lo mata. Hércules se lleva los bueyes.
La nueva misión de Hércules es ir al Jardín de las Hespérides, en el fin del mundo, donde hay un árbol que da manzanas de oro, vigilado por un dragón con 100 cabezas. De nuevo esto nos lleva a la similitud con el Jardín del Edén: Manzanas, un jardín, una serpiente peligrosa...un fruto prohibido, un engaño que ahora veremos. Estas manzanas pertenecen a Hera y son el símbolo de su matrimonio sagrado con Zeus. Hércules busca durante años estas manzanas, hasta que llega al fin del mundo, encontrándose con el dios Atlas, un titán que soporta la pesada carga del mundo.
Heroes es prisionero de su propia culpa. No tenía paz en su interior.
La frase "llevar el peso del mundo sobre los hombros" deriva del mito de Atlas. Atlas sabe donde están las manzanas, así que Hércules se ofrece a sostenerle el mundo mientras Atlas va a buscarlas. Cuando Atlas regresa con las manzanas, no quiere que Hércules le devuelva la tierra y el cielo. Hércules le pide que lo aguante sólo un momento, mientras se pone la piel de león y engaña a Atlas. Le devuelve el mundo y se lleva las manzanas.
El último de los retos es encontrar el camino a el Hades, el mundo de los muertos. Allí debe capturar a Cervero, el perro de tres cabezas que guarda las puertas. Su misión es impedir salir a los muertos. Hades es el guardián de las almas humanas, y Cervero le ayuda.
El miedo a que las almas salgan al mundo de los vivos existe en todas las sociedades. La Santa Compagna en Galícia es un ejemplo. Los muertos vivientes, etc. Las gentes de las culturas antiguas temían que las almas no se hayan dado cuenta de que estan muertas y vuelvan con los vivos.
Hércules le pide a Hades que le deje llevar al perro al mundo de los vivos, y Hades sólo le pone la condición de que venza al perro, sometiéndolo con sus puños desnudos. Lo consigue y lo derriba. Esto nos demuestra que el ciclo de la vida y de la muerte se puede romper.
Hércules ha cumplido con las 12 pruebas, pero no se siente en paz. Hércules decide preparar una pila funeraria. Arde en ella para morir. Ahí es cuando se separa de su carne mortal, y su alma se libera. Se redime. Zeus, viendo que su hijo ya ha sufrido bastante, le invita a unirse al panteón del Olimpo. Hera se apiada de él. Es el triunfo, la recompensa a las penalidades y al sufrimiento. Hércules es resucitado y su esencia asciende a los cielos y se une a su progenitor en el reino eterno. Este final nos recuerda la muerte y resurrección de Jesús, que tras sufrir en la Tierra, vuelve a su padre. Se trata de un acto de sacrificio. Fuerza, sufrimiento y redención. Siempre hay una posibilidad de éxito, por muy difícil y dura que parezca nuestra vida.
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